La zona de producción, además de contar con la base racial exigida, dispone de una histórica tradición ganadera de caprino e igualmente realiza los sistemas y prácticas de explotación tradicionales. Sus características físicas y geográficas se corresponden con terrenos de dehesa, montes y otras praderas susceptibles de ser aprovechadas a diente en pastoreo extensivo, y se asientan sobre territorios regionales de particularidades específicas que actúan como elemento diferenciador respecto a otras zonas geográficas: soporte geofísico y edafológico, climatología, pluviometría, horas de sol, flora y fauna autóctona y producciones pascícolas.
En ella existen llanuras y penillanuras desde 200 a 800 m, bordeadas de sierras de mayor o menor altitud y estribaciones de los sistemas montañosos Sierra Morena y Central, con enclaves tan importantes como las Sierras de Guadalupe, Montánchez, y San Pedro.
La temperatura media anual se sitúa entre los 16 y 17ºC. Las temperaturas medias del mes de enero están entre los 6,8 y de 8,1 ºC. En cualquier caso, las altas temperaturas del estío contrastan con la presencia de heladas invernales. En general, se puede decir que la zona está afectada por un clima semiárido mediterráneo, de acuerdo con L”Houerou y Thorwaeith, con pluviometrías anuales entre 450 y 850 mm y valores de índice de frío (media de las mínimas diarias del mes más frío del año) de entre 2 y 6 ºC, suavizado por la influencia oceánica y extremándose al noreste de la zona. Son característicos los inviernos fríos y los veranos calurosos, con precipitaciones muy variables en cuantía y distribución en los diferentes años, siendo más importantes en invierno y principios de primavera y nulas en el verano. El número de horas de sol que se registran en Extremadura supera las 3000 anualmente.
Todos estos elementos naturales descritos anteriormente son diferentes al resto de zonas productoras de cabritos de España.
La geografía, topografía y condiciones climáticas de la región de Extremadura dan como resultado el desarrollo de los ecosistemas adehesados y el matorral o monte mediterráneo. La vegetación que puebla estos ecosistemas es de tipo mediterráneo, xerófila, compuesta principalmente por jaras, lentiscos, brezos, escobas, cantuesos y tomillo en el matorral y monte, componiendo el de la dehesa arboles como la encina, el alcornoque, robles, castaños y acebuches y las plantas herbáceas y pastos de gramíneas, leguminosas y crucíferas que las pueblan.
En estas condiciones extremas de temperatura y pluviometría las razas integrantes en la IGP Cabrito de Extremadura están adaptadas de manera óptima, siendo capaz de resistir tanto el frío como el calor, tanto las altas precipitaciones como los períodos de sequía.
La zona geográfica amparada por la I.G.P. se corresponde con sistemas adehesados y matorral de producción ganadera, los cuales constituyen el mejor exponente de explotaciones extensivas en el ámbito mediterráneo.